sábado, 16 de junio de 2012





En defensa de la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez

Desde sus inicios la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez ha batallado para mantenerse en pie. Como gitanos/as, la facultad y los/as estudiantes han tenido que mudarse de un lugar a otro. Sin embargo estos escollos no han sido impedimento para que la escuela continúe.   Hace varios meses inició una nueva batalla y en esta ocasión porque las letras de su nombre son más grandes que las letras de José Gualberto Padilla,  nombre que lleva la antigua escuela elemental de Vega Baja y que ahora van a ocupar los/as estudiantes de la escuela especializada en ciencias y matemáticas.

Tal parece que la historia se repite. Luego de finalizado el edificio que albergó la primera escuela superior de Vega Baja en el año 1945, se acordó ponerle el nombre de Brígida Álvarez Rodríguez quien siempre soñó con una escuela superior para los jóvenes de este pueblo. Cuando se construyó la nueva escuela superior de Vega Baja en el año 1970 se le llamó Escuela Lino Padrón Rivera en honor a un político vegabajeño muy poderoso  y miembro del Partido Socialista El antiguo edificio pasó a ser uno más dentro de los predios de la nueva escuela. Aquel reconocimiento a una mujer quedó en el olvido.

No fue sino hasta el 1998 y luego de una investigación histórica acompañada de testigos que tuvieron a bien  firmar documentos legales y la foto que aparece en el libro Vega Baja, su historia y su cultura[1] que así lo  confirmaba, que la Asamblea Municipal aprobó restituir el nombre de Brígida Álvarez Rodríguez al edificio.  Poco tiempo después es que surge la idea de crear una escuela especializada en ciencias y matemáticas y optaron por utilizar el recién renombrado edificio.

La trayectoria de esta escuela ha sido una de de muchísimos logros pero también de vicisitudes. La entereza de la facultad y de los padres y de las madres que se han negado en permitir que la escuela desaparezca es lo que la ha mantenido en pie de lucha. Vaya para todos/as mi reconocimiento por esa gran labor y les felicito por su nuevo logro, la escuela superior Brígida Álvarez Rodríguez.

No tengo nada en contra de la figura de José Gualberto Padilla. Soy puertorriqueña y la obra de este ilustre compatriota so se puede olvidar. Mucho menos la de su hija, Trina Padilla, la hija del Caribe, que quiero añadir que fue gran amiga de Brígida. Igualmente, esta escuela me trae muchos recuerdos porque de niña la visitaba ya que mi tía, Sara Enríquez y su esposo Luis Jiménez, impartieron clases en ella. 

El tamaño de unas letras no puede ser un obstáculo en el desarrollo de la  Escuela Brígida Álvarez Rodríguez. El edificio seguirá llamándose José Gualberto Padilla aunque su uso sea diferente. Lo mismo o tal vez peor, ocurrió con el edificio Brígida Álvarez Rodríguez.

Por otro lado, como mujer y feminista me agrada ver el nombre de una mujer más grande que el de un hombre. Ya era tiempo.

Sandra A. Enríquez Seiders, Ph.D

Catedrática Asociada

Universidad de Puerto Rico en Utuado

Bisnieta de Brígida Álvarez Rodríguez  y autora del libro,   Brígida Álvarez Rodríguez, una mujer, una historia.





[1] Meléndez, Julio. Vega Baja, su historia y su cultura. Gobierno Municipal de Vega Baja, 1987, p. 46.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me siento muy orgullosa de que mi sobrino, Félix Antonio Báez Merced haya sido aceptado en la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez ya que ha sido un reto obtener para sus padres que su hijo tuviera la oportunidad de desarrollar su talento y habilidades. El haber leído la reseña sobre esta escuela me inspiró confianza en el esfuerzo hacia la educación que aún existe en nuestra sociedad. Gracias