En defensa de
la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez
Desde sus
inicios la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez ha batallado para mantenerse en
pie. Como gitanos/as, la facultad y los/as estudiantes han tenido que mudarse
de un lugar a otro. Sin embargo estos escollos no han sido impedimento para que
la escuela continúe. Hace varios meses
inició una nueva batalla y en esta ocasión porque las letras de su nombre son
más grandes que las letras de José Gualberto Padilla, nombre que lleva la antigua escuela elemental
de Vega Baja y que ahora van a ocupar los/as estudiantes de la escuela
especializada en ciencias y matemáticas.
Tal parece
que la historia se repite. Luego de finalizado el edificio que albergó la
primera escuela superior de Vega Baja en el año 1945, se acordó ponerle el
nombre de Brígida Álvarez Rodríguez quien siempre soñó con una escuela superior
para los jóvenes de este pueblo. Cuando se construyó la nueva escuela superior
de Vega Baja en el año 1970 se le llamó Escuela Lino Padrón Rivera en honor a
un político vegabajeño muy poderoso y
miembro del Partido Socialista El antiguo edificio pasó a ser uno más dentro de
los predios de la nueva escuela. Aquel reconocimiento a una mujer quedó en el
olvido.
No fue sino
hasta el 1998 y luego de una investigación histórica acompañada de testigos que
tuvieron a bien firmar documentos
legales y la foto que aparece en el libro Vega
Baja, su historia y su cultura[1]
que así lo confirmaba, que la Asamblea
Municipal aprobó restituir el nombre de Brígida Álvarez Rodríguez al edificio. Poco tiempo después es que surge la idea de
crear una escuela especializada en ciencias y matemáticas y optaron por
utilizar el recién renombrado edificio.
La
trayectoria de esta escuela ha sido una de de muchísimos logros pero también de
vicisitudes. La entereza de la facultad y de los padres y de las madres que se
han negado en permitir que la escuela desaparezca es lo que la ha mantenido en
pie de lucha. Vaya para todos/as mi reconocimiento por esa gran labor y les
felicito por su nuevo logro, la escuela superior Brígida Álvarez Rodríguez.
No tengo nada
en contra de la figura de José Gualberto Padilla. Soy puertorriqueña y la obra
de este ilustre compatriota so se puede olvidar. Mucho menos la de su hija,
Trina Padilla, la hija del Caribe,
que quiero añadir que fue gran amiga de Brígida. Igualmente, esta escuela me
trae muchos recuerdos porque de niña la visitaba ya que mi tía, Sara Enríquez y
su esposo Luis Jiménez, impartieron clases en ella.
El tamaño de unas
letras no puede ser un obstáculo en el desarrollo de la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez. El
edificio seguirá llamándose José Gualberto Padilla aunque su uso sea diferente.
Lo mismo o tal vez peor, ocurrió con el edificio Brígida Álvarez Rodríguez.
Por otro
lado, como mujer y feminista me agrada ver el nombre de una mujer más grande
que el de un hombre. Ya era tiempo.
Sandra
A. Enríquez Seiders, Ph.D
Catedrática
Asociada
Universidad
de Puerto Rico en Utuado
Bisnieta
de Brígida Álvarez Rodríguez y autora
del libro, Brígida Álvarez Rodríguez, una mujer, una historia.
[1] Meléndez, Julio. Vega Baja, su historia y su cultura. Gobierno
Municipal de Vega Baja, 1987, p. 46.
1 comentario:
Me siento muy orgullosa de que mi sobrino, Félix Antonio Báez Merced haya sido aceptado en la Escuela Brígida Álvarez Rodríguez ya que ha sido un reto obtener para sus padres que su hijo tuviera la oportunidad de desarrollar su talento y habilidades. El haber leído la reseña sobre esta escuela me inspiró confianza en el esfuerzo hacia la educación que aún existe en nuestra sociedad. Gracias
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